Hola a todos. Os escribo desde el avión camino a España, donde esta semana disputaré la Final de la Escuela de Clasificación del Tour Europeo.

En el año 2004 jugué mi primera y única Escuela en San Roque, Cádiz, y recuerdo aquella semana como si fuera ayer. Se trata de una semana muy especial, ya no sólo por todo lo que hay en juego, que es muchísimo, sino por tratarse de seis días de competición, algo a lo que los profesionales no estamos acostumbrados. Aún recuerdo cuando en 2004, tras cuatro vueltas, miraba la clasificación (metido en ese momento en el objetivo de los 30 primeros) y pensaba: “pero si no puedo con mi alma y todavía me quedan dos días más… ¡¡y que dos días!! Los dos días de golf más importantes de mi carrera!!”.

Y es que como os decía se trata de una semana muy diferente a otras, donde los nervios están a flor de piel y la paciencia ha de ser tu mejor aliado. 108 hoyos dan para mucho y sabes que va a pasar de todo: momentos buenos, malos y regulares, donde la clave es estar tranquilo y confiar en uno mismo y en su juego.

Por eso me alegro de que en esta aventura me acompañe mi gran amigo y compañero Álvaro Quirós, que me hará de caddie esta semana. Creo que llevar a un jugador de la categoría de Álvaro en la bolsa me va a ayudar mucho, no sólo por su conocimiento y experiencia en el campo, sino también porque llevar a un amigo hará que tenga mi mente algo más tranquila y despejada en esta semana tan larga que empieza mañana ya con las rondas de prácticas. ¡Sólo espero que terminemos la semana como la empezamos... como amigos!

Me preguntan a menudo si esto supone el adiós a mi aventura americana. ¡Ni mucho menos...! Mi idea el año que viene es competir principalmente en el Web.com Tour para intentar recuperar mis derechos de juego en EE.UU. cara a la temporada 2018-19. Si las cosas van bien y aseguro mi tarjeta pronto, me gustaría poder jugar algún torneo en Europa durante el verano y otoño. Si consiguiera la tarjeta europea esta semana, me permitiría también poder jugar los torneos que he ganado en el pasado en el Tour Europeo y a los que ahora no tengo acceso (este año cambió la normativa y los ganadores de torneo no pueden disputar los torneos que han ganado en el pasado a no ser que dispongan de alguna categoría en el European Tour). Así que mi idea es poder combinar ambos, priorizando eso sí, el Web.com Tour. No cabe duda de que echo de menos jugar en Europa, donde están casi todos mis amigos, pero también es verdad que nuestra nueva vida está en EE.UU. y es ahí donde quiero competir, por una cuestión práctica y económica.

En el aspecto técnico, os cuento que he vuelto a trabajar con Mariano Bartolomé, que el pasado mes de junio se unió a mi equipo de trabajo técnico junto a José Carlos Gutiérrez. Estoy feliz de la reincorporación de Mariano, al que admiro mucho como profesional y al que en casa consideramos uno más de la familia. Ya trabajamos juntos en su día y conseguimos grandes resultados, así que estamos intentando recuperar esas sensaciones de los años 2012 y 2013, últimas temporadas en las que jugué mejor al golf.

Los cambios de swing consisten en fomentar más el giro de la parte superior del cuerpo en la subida para aplanar un poco la línea del palo al subir y evitar que mi cabeza pierda altura, algo que hace que me quede sin sitio para moverme hacia delante en la bajada. En los últimos años mi cuerpo ha empezado a moverse peor delante de la pelota, especialmente al subir, haciendo que el palo se me meta un poco por dentro en la bajada y falle muchos golpes por la izquierda, algo a lo que no estaba acostumbrado y que me generaba mucha incertidumbre en el campo. Y es que no haya nada peor para un jugador de golf que tener los dos fallos (¡izquierda y derecha!).

Y ese swing ha sido el fiel reflejo de mis resultados de este año, uno de los peores que recuerdo. He fallado muchos cortes (12 de 22 torneos jugados) y no ha habido ningún resultado destacable, siendo un puesto 13º en el Valero Texas Open mi mejor resultado del año. A pesar de haber sido mi mejor temporada en el green, con buenísimas estadísticas con el putt, mi juego largo tanto desde el tee como con los hierros nunca estuvo a la altura y mis resultados así lo reflejan.

En junio decidí dar prácticamente por perdidas mis opciones de aguantar la tarjeta e iniciamos los cambios de swing necesarios con el objetivo de llegar a punto a las Finales del Web.com Tour e intentar recuperar así la tarjeta del PGA Tour. Lamentablemente no pudo ser y el año que viene estaremos de nuevo en la segunda división del golf americano, algo que me apetece y tomaré como un gran reto, como el que ya conseguimos en 2016 y el cual espero repetir el año próximo.

En el apartado personal, ha sido un año fantástico con el nacimiento de nuestro cuarto hijo, Mateo, que nació a finales del mes de agosto. A los pocos días de nacer tuvimos que salir huyendo con motivo del Huracán Irma, toda una experiencia. Algo diferente para los nuevos como nosotros en estos climas tropicales y que no recomiendo a nadie. Jamas olvidaré la sensación de irte de tu casa y no saber que te vas a encontrar a tu vuelta, o esas carreteras absolutamente abarrotadas dirección norte y aterradoramente vacías en sentido contrario, donde solo veías convoyes militares o camiones de las compañías eléctricas. Todo muy de película, pero con final feliz para nosotros gracias a Dios. Como de película espero que sea mi golf los próximos meses, ¡pero no de terror que es lo que ha venido siendo hasta ahora!

Muchas gracias por leerme y prometo no tardar tanto en volver a escribir. ¡Un saludo a todos y… VIVA ESPAÑA!