Hola a todos. Os escribo camino de Brasil donde empiezo un periplo de cinco semanas seguidas de competición. Las dos primeras disputaré torneos del Web.com Tour en Sao Paolo y Cartagena de Indias (Colombia), luego el Open de España en Valderrama y otra vez de vuelta al Web.com donde jugaré en León (México) y Evansville, IN (EE.UU.). Cinco semanas por delante con muchas horas de aeropuertos y aviones pero que me hacen especial ilusión.
Y es que ha sido un inicio de año muy diferente a lo que estaba acostumbrado, nunca antes había competido tan poco: estamos casi en abril y sólo he disputado dos torneos en lo que va de año. El inicio del calendario del Web.com Tour es un poco lento; hasta la fecha solo se han disputado tres torneos y en uno de ellos, el de Louisiana, no entré debido a mi categoría. Eso unido a que no he conseguido ninguna invitación de las cuatro que solicité (LA Open, Honda Classic, Puerto Rico Open y Louisiana), y que tampoco he logrado ninguna de las plazas disponibles en los tres Monday Qualifyers que jugué (Honda Classic, Louisiana Open y Puerto Rico Open), hace que a día de hoy esté un poco falto de rodaje en lo que a competición se refiere.
Lo bueno de estos meses parado es que he podido entrenar mucho y hacer cambios que consideraba importantes y necesarios para poder afrontar esta nueva temporada con ciertas garantías. José Carlos Gutiérrez estuvo conmigo en Miami en febrero y dimos con varias teclas en el swing que necesitaban mejoría y que afectaban directamente a parcelas de mi juego que andaban algo flojas desde hace algún tiempo: wedges, “punchs” y juego corto. Luego estuve unos días en Dallas con Randy afianzando esos cambios y cogiendo nuevas ideas. Esto, unido a mi buen estado físico, me ha permitido hacer largas sesiones de entrenamiento y de calidad. La 'culpa' de mi buen estado físico la tiene Michael Garrett, fisioterapeuta ingles afincado en Florida, que me ha ayudado mucho con mis problemas de espalda y cadera desde que empezamos a trabajar juntos a finales del mes de enero. Ha sido como decimos en España, ¡mano de Santo! Además, nada como tiempo en casa con Alicia y los niños para recargar pilas y afrontar con energía este 'segundo comienzo' de temporada 2016.
Siempre he sido un jugador que lograba el ritmo en la competición. Hay golfistas que son capaces de estar semanas sin competir y logran alcanzar ese punto competitivo entrenando en casa. Adam Scott es el ejemplo perfecto. A mí eso siempre me ha costado. Rara vez he logrado un buen resultado tras un largo parón alejado de la competición. Siempre he necesitado un par de torneos previos para ir cogiendo ritmo, independientemente de lo mucho que haya estado entrenando. Por eso estaba deseando que llegaran estas fechas y empezar a competir de manera más seguida.
Y es que entrenar y competir no tienen nada que ver. Leí una vez en el famoso libro de Hank Haney, 'The Big Miss: My Years Coaching Tiger Woods', algo que me pareció muy interesante: cuando haces un cambio técnico en el swing el proceso es mucho más largo de lo que el jugador suele pensar. El primer paso como es lógico es dominar ese cambio en el campo de prácticas de tu club y posteriormente lograrlo en las vueltas de entrenamiento que juegues en tu club. El siguiente paso sería conseguir que el cambio funcione en el campo de prácticas durante los días de práctica de un torneo y luego en las vueltas de prácticas de ese torneo. Finalmente, el cambio se consolida cuando eres capaz de hacerlo en el campo de prácticas el día de torneo y por último, cuando lo puedes hacer en las vueltas de torneo.
Ahora estoy en ese punto que tan difícil es para muchos golfistas profesionales. Pegándole muy bien en el campo de prácticas y en las vueltas de entrenamiento, pero aún con dificultades para llevar ese buen gesto a las vueltas de competición. Estoy en ese último paso que decía Haney y me esta costando. También es verdad que he tenido pocas oportunidades de intentarlo. Por eso creo que comenzar a competir de manera regular me va a ayudar a traspasar esa barrera.
Para conseguirlo, he empezado a trabajar el aspecto mental del juego. Siempre he considerado mi cabeza en el campo de golf una de mis ventajas competitivas con respecto a otros jugadores. Lamentablemente, eso no estaba siendo así en los últimos dos años por lo que he decidido que era el momento de empezar a trabajar ese aspecto tan fundamental del juego. Un decimoquinto palo de la bolsa, que hay que entrenar igual que se entrena el drive o el putt. El camino no va ser fácil y los frutos no se verán inmediatamente, pero estoy muy ilusionado con este nuevo proyecto, creo firmemente que estoy en la senda de la recuperación y que el trabajo y la ilusión que estoy poniendo acabarán dando resultados en el medio y largo plazo.
Os iré informando de mis movimientos. ¡Mientras tanto desearme suerte! Un saludo a todos y espero veros en el Valderrama Open de España en un par de semanas. ¡No faltéis!