Hola a todos. Os escribo desde el avión destino a Cleveland, Ohio, donde esta semana disputamos el primero de los cuatro torneos que componen las Finales del Web.com Tour. Y digo disputamos porque a mi derecha tengo sentado a Julián Etulain y detrás mío a Erik Compton. Los tres 'miameros'. Tres jugadores con temporadas muy diferentes, pero con un mismo objetivo: jugar en el PGA Tour la temporada 2016-17.

Julián, como algunos sabéis, ya tiene asegurada su plaza en el PGA Tour al haber finalizado en el top 25 en la temporada regular del Web.com Tour. Su objetivo estas semanas será intentar mejorar su posición entre esos 25 para así ascender su ranking de cara a los primeros torneos de la temporada. El caso de Eric y el mío es intentar quedar entre los 25 mejores en dinero acumulado en estos cuatro torneos y recuperar así la tarjeta que perdimos, él este año y yo en 2015.

Como veréis, tengo por delante cuatro semanas claves, probablemente las más importantes del año, que decidirán mi futuro a corto y medio plazo. La verdad es que llego con mucha ilusión y energía a estas importantes citas. He jugado mucho y bastante bien estos últimos meses y creo que he hecho avances en la dirección correcta.

En el aspecto técnico le estoy pegando muy bien a la bola. Mi juego con los wedges ha mejorado muchísimo desde la última vez que os escribí, volviendo incluso a convertirse en uno de los aspectos fuertes de mi juego. Además, esta semana estará conmigo Randy, mi entrenador, y me ayudará a pulir ciertas cosas, como el drive o el approach, con los que he estado un poco errático los últimos torneos.

En cuanto al putt, hace quince días recibí una muy buena clase de putt en Portland de manos de Ron Stockton que me ayudó mucho. Y es que probablemente haya sido el putt el que me ha impedido estar un poco más arriba este año. Me ha faltado consistencia y regularidad, algo muy necesario para hacer vueltas tan bajas como las que hacen los ganadores del Web.com Tour.

Físicamente llego como una rosa. Los problemas de cadera y espalda están olvidados desde que en febrero empecé a trabajar con Michael Garret, mi fisioterapeuta inglés afincado en Florida.

La cabeza también está funcionando muchísimo mejor. El trabajo con Arturo Tenacio está dando sus frutos desde que arrancamos a colaborar juntos en abril. ¡Ni yo mismo me reconozco a veces en el campo, parezco otro jugador!

Creo que nunca os conté la historia de cómo conocí a Arturo. Donde vivimos, en Key Biscayne, hay una gran colonia de españoles y por ello todos los años se organiza una pequeña cabalgata la víspera del Día de Reyes, donde los niños tienen la oportunidad de ver a los Reyes Magos y yo aprovecho para atiborrarme de roscón, mi dulce favorito. Cuál fue mi sorpresa cuando, en plena lucha por evitar que madres poseídas se colasen con sus hijos por delante de la familia Fdez-Castaño, que aguardaba impaciente su momento con los Magos de Oriente, uno de los pajes reales se quita la barba, se presenta como Arturo Tenacio y me dice que tenemos amigos en común en España. En su momento no le di la más mínima importancia, pero a las pocas semanas hablé con uno de esos amigos en común y me dice que Arturo es un gran psicólogo deportivo y que en su día había trabajado con muchos jugadores profesionales españoles. Así que unos meses mas tarde, tras fallar la previa del Open de Puerto Rico en el play-off, decidí que si un psicólogo deportivo aparece en tu vida en forma de paje real era una señal divina que no podía dejar pasar. Y aquí estamos nueve meses más tarde con la cabeza más despejada y lúcida que nunca. ¡Mejor regalo de Reyes desde hace mucho tiempo!

Esta última semana de descanso he estado en casa con Alicia y los niños, a los que llevaba mucho tiempo sin ver, me ha ayudado a recargar pilas (que falta me hacía tras cinco semanas consecutivas de competición) y poder afrontar estos próximas torneos con ganas, energía y sobre todo ilusión. Aprovechamos para celebrar con algo de retraso debido a mis viajes el séptimo cumpleaños de mi hijo Gonzalo y disfrutar del buen tiempo de Miami, ya que tuvimos la gran suerte de librarnos del Huracán Herminia, que originalmente estaba previsto que afectara la zona sur de la Florida.

Muchos me preguntáis sobre los bajísimos resultados que se hacen en el Web.com Tour. No cabe duda de que la gente aquí juega muy bien, pero también es verdad que los campos no están preparados como los del PGA Tour: suelen ser algo más cortos y con muy poco rough, de ahí los bajos resultados semana tras semana. Mi estadística refleja refleja este año una media de golpes de 69.92, la más baja en mis doce años de profesional. Y no es que esté jugando mejor que nunca... No quiero decir con esto que en el Web juguemos malos campos, ni mucho menos. ¡Campos como Victoria National GC, Pumpkin Ridge GC o el Bogotá CC son algunos de los mejores campos que he jugado nunca!

De los cuatro campos que jugamos las finales sólo conozco el tercero, en Columbus, Ohio, donde el año pasado fui descalificado por no firmar mi tarjeta y que, a pesar del desagradable incidente, me gustó muchísimo. El campo pertenece a Ohio State University y fue diseñado por Jack Nicklaus. Es muy difícil y exigente, con greenes muy movidos y rápidos. Nicklaus lo diseñó para que el equipo de su alma se entrenara en las condiciones más difíciles y exigentes posibles, y lo ha conseguido con creces, ya que el torneo tiene un cierto aire US Open. Del resto de campos no puedo opinar ya que no los conozco, pero estoy seguro que serán 'más campos', al menos en la forma de prepararlos y presentarlos. Al tratarse de las finales, la preparación es más acorde a la de los campos del PGA Tour y creo que esto me podría beneficiar.

Se enciende la señal de cinturones y el capitán anuncia el descenso a Cleveland. Toca apagar el ordenador. Ojalá la próxima vez que os escriba sea con la tarjeta del PGA Tour en el bolsillo. ¡Gracias a todos por leerme!