Me emocioné mucho viendo a Francesco ganar el Open el pasado domingo. Cuando ves que a un amigo le van bien las cosas y que además el trabajo y el esfuerzo dan sus frutos, te alegras mucho. Lo conozco desde hace más de veinte años. Recuerdo jugar el Topolino Trophy con él, año 93 o 94, los Europeos Boys, un match Italia-España que yo creo que sigue existiendo… Como él ha dicho, el vínculo entre los españoles e italianos siempre ha sido especial, y si a eso le añades que los dos hermanos Molinari hablan perfecto el español, pues el vínculo es todavía más grande.

Además jugamos una Palmer Cup juntos y vino una agencia de representación, Hambric Sports, y nos fichó a los dos a la vez, así que a partir de ahí nos unimos más porque pasamos mucho tiempo juntos. Aparte de nuestro tiempo como amateurs también jugamos la última fase de la clasificación de la Escuela en San Roque y recuerdo que él llevaba a Edoardo de caddie… Entramos juntos al circuito europeo y nuestras carreras siempre han ido muy ligadas. Lamentablemente en los últimos años se han separado un poco porque yo perdí la tarjeta y además desde que vivo en Estados unidos, no nos vemos tanto.

Lo admiro muchísimo. Es de los jugadores más profesionales que conozco. Y además, siempre velando por Valentina, su mujer, y por sus niños, que son de la misma edad que los míos. Alicia y Valentina son amigas, y Francesco es junto con Álvaro Quirós mi mejor amigo en el circuito. Me alegro mucho también por los padres de Francesco, porque son una familia maravillosa. Tenemos pendiente jugar juntos el Zurich en Nueva Orleans, para lo cual tengo que recuperar mi tarjeta en el PGA Tour. Sería todo un honor hacerlo: jugar con un amigo y encima con un ‘major winner’…

A mí siempre me sorprendió mucho lo poco que había ganado Francesco, poco entre comillas, para el tipo de gran jugador que es. Es cierto que el putt parecía fallarle a veces en los momentos importantes, pero si hay alguien que ha trabajado duro en el juego corto y ha visto a todos los gurús habidos y por haber de putt y de approach ha sido él. Creo que mejoró con Dave Stockton y ha sido ahora con Phil Kenyon cuando se ha convertido en un gran pateador y prueba de ello es lo que hizo el domingo, metiendo algunos compromisos que se había dejado de entre metro y medio y dos metros, así como la autoridad con la que embocó el putt del 18.

Ojalá recupere yo también mi mejor versión y pueda estar jugando pronto con él. Cuando ves a un amigo hacer lo que él ha hecho te alegras, te emocionas y a la vez te hace ponerte las pilas… Ves que es alguien con el que has crecido jugando, al que has ganado en numerosas ocasiones, aunque él me ganara más veces, y te dices a ti mismo que si él puede porqué yo no, le ves ganar y te hace soñar y ponerte las pilas. Me apetece jugar a ese nivel y soñar es gratis. Y eso es lo que voy a hacer: tratar de recuperar mi mejor nivel y, no digo ganar un Grande, pero sí volver a la élite del golf mundial, algo que todavía creo posible.