No sé si son las vacaciones que he cogido con más ganas, pero desde luego andan muy cerca de serlo. Tengo ahora cuatro semanas de descanso después de un año en el que he viajado más que nunca. Jamás había jugado tanto (34 semanas) y nunca antes me había metido tantas horas de aviones y aeropuertos. El otro día estuve echando cuentas. Han sido 62 vuelos, 24 domésticos por Estados Unidos y 38 internacionales. He sumado más de 187.000 kilómetros, que se traducen en más de 270 horas dentro de un avión, o lo que es lo mismo, de los 365 días de año, he estado viajando más de once días. No está mal…
2018 ha sido un poco caótico en este sentido. El hecho de querer compaginar dos circuitos (Web.com y European Tour) no ha sido tarea fácil: una semana estaba en Colombia y dos días más tarde estaba en el tee del 1 de Omán. Un domingo acababa en Italia y el lunes por la tarde estaba dando bolas en Chicago. ¡Así todo el año, una cosa de locos!
El año se ha hecho largo y el final ha sido especialmente malo. Sinceramente, creo que las últimas cuatro semanas terminando en Sudáfrica me han sobrado. Estaba sin energías y con el swing cogido con alfileres. Lo curioso es que ya sabéis que siempre dicen que no hay mal que por bien no venga y, precisamente fue en Sudáfrica, donde, al no jugar los fines de semana, tuve la oportunidad de practicar más y creo que he encontrado unos detalles en mi swing que me pueden ayudar mucho en el futuro. Es en lo que estoy trabajando en estas semanas de pretemporada. Ya os iré contando con más detalle más adelante. De momento, toca asimilarlo, aunque en estos días lo que más estoy trabajando es la preparación física. No queda otra que cargar las pilas y ponerse en forma para el nuevo año.
Estas semanas también toca poner el material a punto de cara a la temporada que viene y en ese aspecto estoy probando unas nuevas varillas en los hierros, algo más ligeras y estables, así como las nuevas bolas de Srixon, con los que he firmado por dos años más (y con estos van doce ya, ¡cómo pasa el tiempo!).
En este parón estoy aprovechando para hacer dos cosas bastante curiosas o, al menos, poco habituales en pretemporadas anteriores. La primera es estudiar las nuevas reglas de golf que entrarán en vigor el próximo 1 de enero. Siempre me ha gustado conocer las reglas. Poca gente sabe que en un momento dado incluso quise hacerme árbitro, cuando era amateur, pero no daba el mínimo de edad (las típicas estupideces burocráticas que sólo pasan en España). Son muchas novedades y siempre ayuda conocerlas y te puede ahorrar algún golpe, y también algún disgusto, que los va a haber, especialmente a principios de año.
Del mismo modo, estoy trabajando la parte mental con una herramienta nueva que se llama Focus Band. Se trata de una sistema de neuro-retroalimentación que me ayuda a manejar los estados de concentración y así ser capaz de centrar mi atención en lo que a mí me interesa en cada momento de juego y entrenamiento. Es una forma también de interpretar y conocer mi propio rendimiento de una manera mucho más objetiva, con datos en la mano.
Como ya sabéis, este año voy a jugar sólo el European Tour. El día 9 marcho a los torneos del desierto: Abu Dhabi, Dubai y Arabia Saudi, torneo éste último nuevo en el calendario y para el que necesitamos visado, el cual nos está dando algún dolor de cabeza que otro. La idea es hacer bloques de 3-4 semanas viajando y compitiendo y otras 3-4 semanas en casa, descansando con la familia y entrenando con mi equipo. ¡Sólo espero no necesitar jugar tanto como en este año que termina!
No quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer a mis patrocinadores, mi equipo de trabajo y toda la gente que me ha seguido y apoyado, así como a la prensa. Ojalá cada año veamos más golf en todos los medios. Por supuesto, quiero desear a todos un feliz año y una feliz Navidad.