Espero que os guste el resultado tanto como a mí. Han sido muchas horas de trabajo durante los últimos meses y, desde aquí, quería agradecer la ayuda de Alejandro Rodríguez (Tengolf) y Javier Padilla (3dsignia) por su inestimable colaboración, y sobre todo por haber soportado mis numerosos emails pidiendo que hicieran todo tipo de cambios.

Aprovechando la ocasión y siguiendo la tendencia bloguera de mi mujer, he decidido que durante mis semanas de descanso, escribiré esta sección contandoos de primera mano mis experiencias en el circuito. Un circuito el americano que nada tiene que ver con el Tour Europeo, pero que me gusta, y mucho. Sé que la adaptación no será fácil, que al ser un novato no conozco los campos, las ciudades, los aeropuertos, etc ..., pero es un sueño que he tenido desde niño y que no podía dejar escapar. Una aventura que no podía haber sido posible sin el apoyo de mi familia, a la que estaré eternamente agradecido por su constante apoyo y comprensión.

La semana pasada se cumplieron dos meses desde nuestra llegada a Estados Unidos, y la verdad es que estamos todos muy contentos. La adaptación ha sido rápida y más fácil de lo que esperábamos, y a pesar de que mi juego no está a su mejor nivel, estoy disfrutando mucho de esta nueva experiencia. La gente, tanto dentro como fuera del circuito, nos ha recibido con los brazos abiertos, lo que facilita mucho las cosas. Ademas, la colonia española aquí en Miami es grande, lo que te hace sentir un poco menos lejos de casa.

Volviendo a mi juego, éste no ha sido todo lo bueno que esperaba, especialmente los primeros torneos de Torrey Pines y Scottsdale, donde ni tan siquiera me acerqué al corte. Pero, ¿quién dijo que esto iba a ser fácil? Semanas como ésas te hacen espabilar y ponerte las pilas. Son una cura de humildad. En momentos así, es hora de analizar la situación y buscar soluciones. En este caso era sencillo: el drive me estaba dando más dolores de cabeza que de costumbre. En estos campos, los tiros a green son complicados por las posiciones de bandera y la firmeza de los greenes, y si encima no estás en la calle y no puedes poner spin en la bola, date por muerto. Os acabo de resumir en un santiamén los 21 sobre par que me “casqué” en mis primeras cuatro vueltas en el PGA Tour. ¡Menuda bienvenida!

La buena noticia es que hemos hecho importantes avances en las últimas dos semanas. Tras muchas horas de campo de prácticas y trabajo con Mariano aquí en Doral y con José Carlos, a través de vídeos y llamadas, parece que mi swing se va encajando. Con la gente de Cleveland Golf estamos buscando diferentes opciones para un nuevo drive, con un poco más de loft y diferente varilla, para conseguir así dar algo más de altura y spin a la bola. Los resultados son mucho mejores, pero aún no todo lo buenos que me gustaría.

Pero sin duda alguna lo mejor recientemente ha sido la incorporación a mi equipo de trabajo de Dave Stockton, afamado profesor de putt y doble ganador de majors, que me está ayudando desde el Phoenix Open. Me encanta su método de enseñanza, basado sobre todo en la visualización y en las sensaciones, sin apenas entrar en la técnica del movimiento. Simpático y cercano en el trato, trabaja de manera conjunta con su hijo Dave Stockton Jr., que también jugó en el PGA Tour durante muchos años. Son, como yo, apasionados de la caza, así que entre sesión y sesión pasamos el rato enseñándonos fotos y contando batallitas típicas de cazadores. 

El Northern Trust Open fue un empujón importante (mi primer corte del año) y como ha escrito algún periodista por ahi, me sirvió para “contener mi tendencia autodestructiva” (¡lo que se lee por ahí!). Fue una semana sensacional, jugando un campo mítico como Riviera, por donde han pasado todas las leyendas de este deporte, desde Hogan hasta Tiger, con un tiempo fantástico (rompiendo la tradición de años anteriores) y donde, por fin, empecé a pegarle mejor a la bola y, sobre todo y más importante, a patear mejor y más confiado. Al final, un puesto T35 que a simple vista no dice mucho, pero a mí me supo a gloria.

La semana pasada en el WGC Accenture Match Play me tocó un hueso duro: Hunter Mahan, ganador en 2012 y finalista el año pasado. Jugué muy bien los nueve primeros, llevando siempre la iniciativa del partido, pero no supe rematar con el putt. El punto de inflexión llego en el hoyo 7 donde tenía un putt de apenas dos metros para ganar el hoyo y ponerme 2 up y que acabé tripateando y perdiendo el hoyo. A partir de ahí perdí la confianza con el putt, lo que unido a un par de drives directos al desierto, me costó ir a remolque el resto del partido. Y es que cuando juegas con los mejores, no te puedes permitir ese tipo de fallos. La clave en match play es poner la bola en juego y meter putts, y yo no fui capaz de hacer ninguna de las dos en los momentos claves del partido.

Lo único bueno de perder en primera ronda del Match Play es que al empezar el torneo en miércoles, hoy es jueves y ya estoy en casa disfrutando de la familia. A todo hay que verle el lado positivo. Este fin de semana, vuelta al campo de prácticas para prepararnos para el “Florida Swing”, que comienza la semana que viene en Palm Beach con el Honda Classic y la semana después el WGC Cadillac Championship, aquí en Miami, mi nueva casa.