Gonzalo no tira la toalla y, sólo eso, merece reconocimiento. Después de un día oscuro, la inercia lo podía haber llevado a dejarse ir por falta de motivación. Ni mucho menos. En ningún torneo lo haría, pero menos en el Bridgestone, una cita del WGC sin corte y en el que 54 hoyos más dan para recuperar terreno y, mayormente, sensaciones.
En Canadá había superados varios obstáculos con su espléndida posición final y el segundo día en Akron volvió a disfrutar de una jornada más ‘normal’ tras los nueve sobre par del jueves. El español ligó cinco pares (uno de ellos en el 3, donde llegó el batacazo de la ronda inicial) y al 6 le sacó su primer birdie, aunque tres bogeys consecutivos para cerrar los nueve primeros hoyos lo situó con un parcial de +2. Sumó otro error en el 12, pero siguió peleando para darse un respiro con birdies al 13 y al 14, acabando con cuatro pares y un 71 que lo devuelve a la normalidad.
Tiene ahora Gonzalo el reto de bajar del par del campo en estas dos vueltas que tiene por delante, coger confianza e incluso ganar puestos para apuntalar su situación en el ránking de la FedEX después de su subidón tras Canadá que le valió para atar la tarjeta en 2015.