Gonzalo Fernández-Castaño ha jugado ya 27 hoyos en Pinehurst. Llegó el domingo por la noche a Carolina del Norte y jugó 18 hoyos el lunes y 9 el martes. Tiempo y golpes más que suficientes para saber que lo suyo con el recorrido Nº 2 es algo más que un flechazo.
Gonzalo está encantado con el campo, con su diseño, con su estrategia de juego. Está convencido de que se puede adaptar bien a sus virtudes y confía en poder demostrarlo a lo largo de los cuatro días. El US Open le gusta y Pinehurst también, por lo que el cóctel de momento sabe a gloria.
“Estoy jugando bastante mejor en los últimos torneos, aunque no se ha visto reflejado en los resultados. Me gusta Pinehurst porque desde el tee no penaliza demasiado, depende en cierto modo de la suerte que tengas, y sí son determinantes los hierros a green y las recuperaciones. Ese es el punto fuerte de mi juego, así que confío en tener una buena semana”, señaló durante su ronda de prácticas junto a Francesco Molinari, Andrea Pavan y Jamie Donaldson.
El jugador madrileño afronta su cuarto US Open y la evolución ha sido muy buena. Falló el corte en Bethpage (2009) y en el Olympic (2012), y acabó décimo el año pasado en Merion. Le gusta este torneo, le gusta la filosofía de la USGA. “Siempre me he sentido más cómodo en los torneos que se ganan con un resultado cercano al PAR que en los que se hacen muchos birdies, así que el US Open me gusta, creo que se adapta a mi estilo”, apunta.