Gonzalo Fernández-Castaño regresa al lugar del hechos. Hablamos de Royal Liverpool, Hoylake, uno de los campos de la rotación del Open Championship, escenario de la edición que arranca este jueves. Gonzalo jugó aquí su primer major y, lógicamente, su primer British.
Los recuerdos son muy buenos, aunque hayan pasado ya ocho años. “Fue algo muy especial. Además, aunque en aquel momento no lo sabía, coincidió también con el último British de Severiano Ballesteros, así que el recuerdo es aún más hondo”, señala.
No obstante, si hubiera que quedarse con alguna imagen de aquel estreno con picadores, Gonzalo lo tiene muy claro. “Hay que irse al tee del hoyo 1 del jueves. Nunca he estado más nervioso en un campo de golf. Estaba esperando y apareció por el túnel de los jugadores Tom Watson. La ovación de la grada fue espectacular y me puso la piel de gallina. Además, jugábamos con Retief Goosen, que por aquel entonces era uno de los grandes, con dos US Open ganados recientemente. En aquel momento me temblaba todo y sólo pensaba en pegar a la bola y pasar por lo menos del tee”, asegura entre sonrisas el madrileño.
No le fueron nada mal las cosas. El viernes, día de corte, andaba metido de lleno en el top ten y terminó entre los cincuenta mejores del British. Para ser un novato no estaba nada mal. “La experiencia de jugar con Watson fue muy buena. Es muy simpático, hablador y se portó muy bien conmigo. Después, de juego era una maravilla, aunque se le notaba que las vueltas se le hacían un poco largas. No hay que olvidar que en aquel British hacía un calor terrible”, apunta.
Con aquel buen recuerdo, Gonzalo afronta esta semana el Open Championship, a la caza y captura de un buen resultado que le haga recuperar la confianza absoluta en su juego. Mañana jueves saldrá a jugar a partir de las 15.16, hora peninsular española, junto a Billy Horschel y Russell Henley.
